Deseo hallar en ti mi tiempo mas claro y juvenil, dulce hombre varonil de fuertes ojos, así te pienso, recuerda mi memoria tus mejillas, tu ancha espalda, con un espacio tan grande para que anclasen mis dedos flacos entre la bahía plateada de tu piel sencilla. Recuerda mi memoria, nuestro tiempo estático de mayo, el espacio entre mis labios conserva el alfolí de los tuyos, tuvimos dos testigas a lo lejos, unas pillas ilusionadas de verme a mi acertada al amarte desmedidamente, el instante mas lucido entre faros nos busca, te llamo desde las costas cada año, pensando en tus manos blancas de zinc mecidas y mojadas con la marea de mis victorias no concurridas. Nunca será, ese mal hombre que robó el velo de mis caricias mi amor indeleble del alma, seras tú, el capitán de mis dudas, mi almirante Manuel, de los mares oportunos, cual velero sin rumbo estoy y deseo hallar en tí la promesa invaluable de nuestro tesoro, quizás aun el océano guarda en tí cobijado entre arenas mi tiempo