En plena puesta de sol algo lastima el iris de mis
ojos
no son los rayos de luz directos, es agua de melancolía
y dolor, ya nunca tendré un amor y hoy están vacíos
los espacios, esos rincones entrecortados de mi vida
donde dos jovencitos prometieron marcharse muy lejos.
Desde lo alto en estas rocas estoy mirando y deseando
ya no tu ruina, ninguna herida, ni ver la tumba almez
por donde pasaba a regarte flores azules otra vez,
ya no estas ahí, estas entre dos nubes amando.
Liberado de mis entrañas algo lastima el iris de mis
ojos
ya no es agua de melancolía pues de alegría muero
es cierto que ya nunca tendré un amor, ¡ni más abrojos!
de tu arraigada liberación, y entre tus dos nubes
espero
de ti una ausencia perfecta, un silencio perpetuo.
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