Fragmento.
A Jesús, lo he mencionado por el día, o por la noche, replicando en angustia y esperando su respuesta. Dicen todos que es ayudador y consolador de tristezas, porque el padeció muchísimo en su vida terrenal, pero será acaso que ¿mi señor se olvidó de mí?; pues no me responde, ni en mis sueños y ya tengo mucho tiempo buscandole, lo tuve presente desde mis 9 años, recuerdo una biblia pequeñita, que mi abuelo me obsequio, sin entender mucho transcribia sus versos a una libretita, pues en cierta manera llamaban mucho mi atención.
El recuerdo mas vivido; fue cuando tenia 4 añitos, pasaba con mi madre por una pequeña iglesia de color blanco y me quedaba mirando, cuando íbamos de largo rumbo al kinder, sin embargo yo sentia una sensacion agradable y de paz sin saber lo que significaba.
Me pongo a pensar en
todo el tiempo transcurrido, tantos momentos buenos, malos y a veces más malos
que buenos, o eso es lo que creo ahora, a mis 23 años; quisiera nunca haber nacido, pero alguien
tenia que padecer y esa soy yo, tanta cosa mala, rencor, sacrificios, lagrimas y dolores ya me ahogan, quisiera escapar; desearía ser alguien más, mi cabeza tiene tantas ideas y
sueños que necesito realizar a toda costa, pero mi cuerpo va en sentido
contrario, por esta enfermedad, lastima; no todo hubiera sido para mi beneficio, sino para mis
personas cotidianas, me pregunto si podre o no lograr algo en mi vida, si lo intento o espero mas
tiempo, para ver un tiempo mejor, una nueva etapa, mi visión es clara pero mi obstinación
esta terminándose, (sigue) dice una parte de mí; (detente)
dice la otra, ¿será que necesito descansar?, o será que debo seguir a pesar del
dolor, no lo sé; me he vuelto sedentaria en este aspecto de esperar un tiempo
mejor y mi paciencia se sigue agotando.
Pero Jesús debe estar en algún lugar, observando ya sea de lejos o de cerca, sabiendo mi destino, ojala sea bondadoso una vez mas conmigo, jamas le he olvidado, pero será acaso que ¿mi señor se olvidó de mí?.
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